martes, 14 de junio de 2011

NO PUEDO OLVIDAR, NI QUIERO


 
   




NO PUEDO OLVIDAR, NI QUIERO

 
No puedo olvidar ni quiero
un amor de tantos años,
siempre tan puro y sincero,
un amor que es verdadero.

Olvidarte no podría, auque lo intentara, amor,
como olvidar esos ojos que me miran con ardor ,
como olvidar esas manos y esos brazos protectores,
tu sonrisa, tus palabras que me colman de emociones.

Como olvidar el delirio de los besos de tu boca,
tus palabras zalameras que me hacen tan dichosa,
ni quiero olvidar los besos, ni los grandes sentimientos,
ellos son el paraíso de nuestro amor tan inmenso.

El hombro en que me refugio para contarte mis penas,
la ternura de tu pecho donde se hunde mi tristeza,
el bálsamo que en ti encuentro, para hacerme sonreír,
la magia de tu mirada que me hace tan feliz.

No puedo olvidar ni quiero, la sonrisa de tu boca
que al verme siempre dibuja  una palabra melosa
qué afortunada me siento, me colma de admiración
ese requiebro amoroso, que acepto con emoción.

Ni quiero olvidar tus brazos, ni tu abrazo bondadoso
cuando en tu cuerpo me estrechas benévolo, generoso,
seguiré siempre tu rastro, te acunaré mis recuerdos,
para que nunca se esfumen, te conservaré en mis sueños.

Y aunque quisiera olvidarte sé muy  bien que no podría,
quiero contigo seguir, caminando, por la senda de la vida,
estoy segura mi amor, que sin ti estaría perdida,
y no te podré olvidar aunque me halle en la otra vida.

 
Chelo Álvarez
©Derechos reservados.





 
derechos reservadosde autor



 

A ti niño







    A ti niño
    (12 de Junio Día Internacional contra el trabajo
    y la explotación de los niños)




    No me cabe concebir ninguna necesidad
    tan importante durante la infancia
    de una persona que la necesidad de sentirse
    protegido por un padre
    (Sigmund Freud).

    A ti niño
    que de sol a sol trabajas cada día de tu vida,
    para obtener las migajas de una muy frugal comida,
    cargas pesos muy pesados sobre tus tiernas espaldas,
    recolectas las cosechas, aras tierras, cavas plantas.

    A ti niño
    que andas descalzo en la calle, lustrando muchos zapatos,
    trabajas como albañil, lavas coches, friegas platos,
    levantas pesos muy grandes en los centros comerciales
    por un poco de comida en tiendas y otros lugares.

    A ti niño
    que obligado a trabajar nunca has pisado una escuela
    ni juegas con los amigos, y nunca aprendes un cuento
    que te sea placentero porque no sabes leer
    y serás un ignorante cuando llegues a crecer

    A ti niño
    que abusan de tu inocencia con maldad y picardía,
    que te obligan a posar en posturas indecentes
    para que así se recreen con depravada lujuria,
    profanando cuerpo y alma, esas retorcidas mentes.

    A ti niño
    reclutado por la fuerza, y te cargan con un arma
    que es más pesada que tú, y te obligan a matar
    sin tener conocimiento de lo que eso significa,
    y para que no abandones conminan tu integridad.

    A ti niño
    al que explotan noche y día, tomándote por esclavo,
    que te hacen trabajar en el tráfico de drogas,
    en el tráfico de armas, te insultan, te prostituyes,
    pierdes tu moralidad y no puedes rechistar.

    A ti niño,
    merecedor de cariño, de unos padres que te cuiden
    y te ganen el sustento, que te amen con devoción,
    cuidando de tu salud, para que puedas crecer
    en un ambiente muy sano con felicidad y amor.

    A ti niño
    hoy te dedico estos versos que salen del corazón,
    por un mundo más sensato en el que haya trabajo
    solo para los mayores, y se ganen bien el pan
    con honradez y tesón, y se erradique por siempre
    el trabajo de los niños y la cruel explotación.
    Para todos un abrazo y un sentimiento de amor.





    Chelo Álvarez
    ©Derechos reservados.



    Diseñado por Patty

miércoles, 1 de junio de 2011

Amor pleno de luz

20:30


Mi primer y único amor
 
Envuelta entre mil regalos, todos ellos los contemplo
evocando uno a uno esos cálidos momentos,
en que llegaste a mi vida en tarde de primavera,
fue tan fuerte nuestro amor que te quedaste a mi vera.
 
Y voy recapitulando, los momentos uno a uno,
aquél pequeño guateque fue de lo más oportuno,
tu mirada y mi mirada se cruzaron de repente,
no importaba para nada lo que pensara la gente.
 
Ojos verdes me llamaste, se parecen a la mar,
cuando aplaca el oleaje, trasmiten serenidad.
Me puse coloradita como amapola en el trigo,
y pronto pude sentir de tus manos, el abrigo.
 
Recuerdo cariño mío ese tan dulce contacto,
cuando por primera vez me cogiste de la mano
con tanta delicadeza, cual si fuera porcelana,
recuerdo con alegría cuando rozaste mi cara.
 
En mi boca dibujaste la más sublime sonrisa,
cuando con tus ojos negros me acariciaste sin prisa,
 tus palabras amorosas envueltas en velos de tul,
son el manto donde habita nuestro amor, pleno de luz.
 
 
Chelo Álvarez
©Derechos reservados.

 

 

 





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