domingo, 2 de octubre de 2016

Dios Padre celestial


Dios Padre celestial

Dios Padre celestial, aquí postrado,
de mi alma pecadora soy consciente,
no quisiera pecar de irreverente
con quien tanta piedad me ha regalado.

Mi corazón contrito y humillado,
afligido, culpable y penitente,
sangra por las espinas que en la frente
del divino Cordero hemos clavado.

Dios Padre celestial, tened piedad,
que en mi vida sin Ti no hay alegría,
que siento el alma helada y tan vacía...

Acógeme Señor, por caridad.
Señor, que miras de tu excelsa cumbre,
enciéndeme la luz que me deslumbre.

Chelo Álvarez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es bueno rezar, recemos juntas.
Un abrazo.
Ambar

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